viernes, 3 de enero de 2014

SAN ANDRES DE PALERMO

Sucedió una ocasión en que me sentía tan saturado, quería escapar de la Ciudad hacia un lugar extremadamente tranquilo, un lugar donde no exista el bullicio de la los carros, la gente, un lugar donde sólo se escuche el sonido de la naturaleza, el viento, los ríos, los pájaros, el sonido de las hojas de los árboles movidas por el viento, y decidí dirigirme hacia ése lugar que soñaba… Caminando desde temprano subí a un Autobús que me llevara hacia el centro del País, luego de un largo trecho de viaje llegué a un lugar llamado: San Andrés de Palermo, un pequeño pueblo con casas de estructura antigua y una amplia plazuela adornada por una Pileta de agua cristalina y rodeada por árboles y cercada por un imponente Convento Antiguo y casonas de dos pisos con balcones hermosos que invitaban subir a ellos para admirar el paisaje. Caminé hacia el Convento, al ingresar sentí como si el tiempo retrocedía muchos muchos años atrás al ver los imponentes altares y el ambiente tan sepulcral, respetuoso, silencioso y en paz. Seguí caminando y encontré unas rejas en el piso, que daban paso a unas escaleras hacia un sótano, abrí las rejas y bajé, un camino oscuro y largo hacia correr por él el viento que daba la sensación de empujarme por el túnel hacia delante, ahí encontré una antorcha, saqué mi encendedor y la encendí, y saqué mi linterna también y seguí caminando, poco a poco avanzaba y al seguir adentrándome mas, el camino se hacia ancho, volteo y me doy cuenta con que habían túneles en diferentes direcciones, entendiendo que ése lugar era una Catacumba; huesos regados en pequeñas criptas abiertas, el lugar era alucinante; la corriente de aire seguía soplando y daba la sensación de querer apagar mi antorcha, seguí avanzando y encontré lo que parecía ser un pequeño altar que a lo mejor era ahí donde se hacían las ceremonias funerales para las personas que iban a ser enterradas ahi.. Una gran cruz de madera en medio, una imagen de un Monje con una Calavera en la mano y otra de un Angel cubierto por un manto negro, Cirios apagados alrededor y una mesa de adobe a los pies de la Cruz. Así pues resultó muy interesante, hasta que escuché un ruido, como de rejas caer, salí corriendo hacia la entrada, la antorcha se cayó al piso y se apagó, encendí mi linterna y seguí avanzando siguiendo la corriente de aire que me llevaría a la salida, ví una pequeña luz a lo lejos, seguí avanzando y llegué al lugar de ingreso, subí las escaleras y la reja estaba cerrada, parecía que se había caído, traté de abrirla y con dificultad la logré abrir, salí y cerré de nuevo la entrada, volví a pasear por el interior del templo, no había nadie en ese momento, luego al salir del templo, me dirigí hacia la plazuela, me senté al lado de la pileta y metiendo mis manos en el agua para lavarlas, me llama la atención una pequeña placa que estaba puesta debajo de los pies de la estatua de un Cóndor que adornaba la pileta, apenas se podía leer y lo que pude leer fue asombroso, la placa decía: “Aquel que lave sus manos del polvo de la muerte en estas aguas, tendrá la bendición eterna de las Apus”, Yo solo quería lavar mis manos del polvo de las Catacumbas.. asi que , bueno pues, los Apus me bendicen, luego de eso, era ya Medio día, me dio apetito y busqué algo para comer caminé rumbo hacia el pueblo en sí, había una señora sentada en la esquina de una casa, tenia un sombrero de pajas adornado con unas flores celestes, un poncho de colores muy viejo en el cual cargaba un niño que jugueteaba con un pedazo de fruta entre sus manos, y una Canasta llena de Panes y Queso.. Me llamó la atención, y como tenia ganas de comer no dudé en comprarle algo. Al acercarme, la señora me miró muy gentil, le pedí unos panes y queso, me sonrió y cogiendo una bolsa de tela, echó unos panes y un queso y me lo dio, luego sacó unas frutas (raras por cierto) y me las dio también, saqué dinero para pagarle, pero no lo quiso recibir, le pregunto porqué, pero me hablaba en Quechua, llegó un jovencito y me dijo que la señora era muy amable con las personas nuevas que llegaban al pueblo, y le gustaba invitar sus productos como bienvenida, y que yo era una de esas personas… Recordé entonces lo que decía la Placa de la Pileta, me senté un rato al lado de la señora y del jovencito y a comer los ricos panes y queso, (Por cierto el jovencito se llamaba Valentín), platiqué con Valentín y traté de comunicarme con la señora, claro siendo mi intérprete: Valentín. Al despedirme, le regalé a la Señora como muestra de agradecimiento, una Manta que compré una vez en uno de mis viajes y que por cierto.. abrigaba mucho; y a Valentín le regalé mi Gorra preferida, fue muy hermoso compartir con ellos. Me retiré, en eso escucho que alguien viene corriendo tras de mí, era Valentín quien dijo que me acompañaría y enseñaría su pueblo, acepté pues y nos fuimos. Me llevó a un lugar que como él dijo: “Parece el Paraíso”, y era Verdad, un lugar a las faldas de un cerro o Apu como me dijo que le decían, rodeado de árboles, Flores Silvestres y un Río de agua cristalina, el clima era perfecto como para darse un chapuzón, asi que decidí darme un chapuzón en el río, Valentín se bañó desnudo, disfruté del agua fresca del río, luego veo a Valentín que sale rápido del río, luego de secarse, se viste, yo me seguía bañando, Valentín se reía al verme disfrutando del agua, me dice que mejor sería si salgo ya del agua, pero yo no quería aún, de pronto se comenzó a oscurecer y un ruido estruendoso dio la bienvenida a una gran Lluvia que al instante lo mojó todo, salí rápidamente del agua, me vestí como pude, Valentín trajo unos cartones grandes para protegernos de la Lluvia, cogí mi mochila y nos fuimos del lugar, ya eran las 5 de la tarde y me dio mas apetito, Valentín me invita a ir a su casa y quedarme ahí hasta el día siguiente, acepté y fuimos.. Al llegar, un Cachorrito nos da la bienvenida, luego un señor vestido con una camisa blanca, un sombrero de paja y un pantalón con las bastas remangadas sale de la casa y nos recibe con una sonrisa: “Y ahora a quién traes Valentín?” preguntó sonriendo; “Es mi amigo” dijo Valentín. Hijo, parece que los Apus te han bendecido?, ya que por tu presencia, comenzó a llover después de mucho tiempo , pero entren a la casa, que se van a seguir mojando, y entramos. Dentro estaba la Madre de Valentín, quien hervía leche recién ordeñada de una de las Vacas de su pequeño establo; Pero está mojado Jovencito, Valentín llévalo al cuarto de baño para que se cambie de ropa, asi pues me llevó a un lugar que parecía una pequeña habitación con 2 bancas pegadas a la pared y una pequeña ducha con una cubeta y un Cántaro de barro con agua tibia y un lavatorio para las manos y la cara. Me lavé, me cambié de ropa y junto con Valentín quien ya estaba bañado y cambiado, nos dirigimos hacia el comedor, la mesa parecía un gran festín: Leche Caliente, frutas, panes, un dulce que parecía arroz con leche, queso, papas guisadas, habas sancochadas, etc. Si que era un gran festín.. Me invitaron a sentar a la mesa, eran ya las 6 de la tarde y mientras comía y conversaba con los padres de Valentín, un gran estruendo me hizo saltar, no te asustes, es un trueno, y la mamá de Valentín y él se comenzaron a reír de mi susto, luego y después de cenar, salimos a ver la Lluvia y los relámpagos que descargaban por encima de los Cerros, ya terminaba de llover y a lo lejos se veían las nubes iluminadas cada cierto tiempo por los relámpagos y el sonido de los truenos que resonaban como un ejército de guerra que se prepara a luchar. Hacía frío, la casa de Valentín no tenia electricidad, se alumbraba con Lámparas, Valentín le enseñaba a su Mamá la Gorra que le regalé, y lo veía muy feliz; el padre de Valentín se me acerca y me dice que vaya a abrigarme para no pescar un resfriado, me llevó a una habitación para dormir, el cual era muy acogedor, una pequeña cama de pajas y unas mantas de lana de Alpaca que me trajo la mamá de Valentín, y una Lámpara me acompañaban.. Luego escucho abrir la puerta, era Valentín quien entraba a la habitación con un vaso de Leche caliente, y me pregunta si puede dormir conmigo, le digo que si tiene el permiso de sus padres, claro que se puede quedar, me respondió que ya se lo habían dado… Así pues se echó a dormir a mi lado y conversamos, me dijo que quería conocer la ciudad donde yo vivía.. “Eso me hizo pensar por un momento”.. Luego le expliqué que la ciudad donde yo vivo no es la adecuada para él, le conté las cosas que me sucedían allá y las cosas que esperaban a mi regreso, le conté el porqué llegué a su pueblo buscando tranquilidad y la belleza de la naturaleza, y le dije: “Te cuento un secreto”.. pero no le digas a nadie esta bien? Me dijo que aceptaba, y le dije: “ Pues la verdad.. a mí me gustaría vivir acá, sin preocupaciones y sin una vida tan desordenada como la que vivo allá”. Me dijo: “Entonces quédate a vivir acá con nosotros”.. por un momento eso me hizo sentir muy emocionado, pero la verdad es que mi realidad está en la Ciudad, yo solo escapé por unos días de ella, pero tengo que volver, le dije que aún no podía vivir con ellos, pero que cada cierto tiempo regresaría a visitarles, me sonrió y me abrazó.. nos quedamos dormidos. El canto de un gallo me despierta, eran las 5 de la mañana, los rayos de Sol anunciaban que el día comenzaba, Valentín seguía durmiendo, me dirijo al cuarto de Baño y luego de darme un baño y cambiar de ropa, me dirijo al comedor, no había nadie en casa, en la mesa estaba el desayuno listo cubierto por un manto, y una nota que decía: “Desayunen ya volvemos”, voy y despierto a Valentín, desayunamos, de ahí fuimos a dar de comer a sus animalitos y de ahí al establo, en eso vemos que sus padres regresaban, fuimos a darles el alcance, eran las 7 de la mañana y parecía como si fueran las 10 o mas.. despues alisto mis cosas, ya era hora de regresar a la ciudad “Tan deseada por unos y tan aborrecida por otros”.. Llegó el momento de la despedida, ya eran las 10 de la mañana, el bus de regreso salía a las 11, asi que me apresuré en despedirme, la Madre de Valentín me dio un paquete y me dijo que era para el camino para comer, el Papá de Valentín me regaló un manto muy bonito y que abrigaba bastante, y Valentín trajo entre sus manos una piedrita que me regaló, la cual parecía un Sapito, y me dijo: “ Si lo pones una noche a la luz de la Luna llena, se convierte en un sapito de verdad”, y me sonrió… Me despedí, Valentín me dijo que regrese pronto, y le prometí hacerlo. Dirigiéndome hacia la estación del Bus encontré a la señora que me regaló los panes y el queso la cual me saludó, no entendía lo que me decía, pero me abrazó (Traía puesto la Manta que le regalé) le di un abrazo y un beso y me despedí de ella, subí al Bus y… de regreso a la Ciudad. En el camino venía pensando en la gentileza de aquellas personas que conocí, en la aventura que tuve en San Andrés de Palermo, las personas que conocí, los panecillos con queso, el lago donde Valentín y yo nos bañamos, la lluvia .. jejeje, eran hermosos y sentí una gran nostalgia al dejar aquel hermoso pueblo. Entre las manos traía la Piedra que me regaló Valentín y al darme cuenta, en la base traía una inscripción: “Aquel que lave sus manos del polvo de la muerte en estas aguas, tendrá la bendición eterna de los Apus”, me sorprendí mucho.. yo no le había dicho nada de lo que me sucedió en la pileta a nadie, mucho menos a Valentín. Entonces me di cuenta que Valentín, su familia y las personas que conocí en ese Pueblo, no eran personas ordinarias, sino que eran mensajeros de los Apus que me hicieron pasar mi estadía en ese pueblo, lejos de la ciudad. Me prometí entonces regresar lo mas antes posible a San Andrés .. Así pues y después de varias horas de viaje, llegué a la Ciudad, estaba lloviendo como nunca, traía puesto el manto que me regaló el Papá de Valentín, bajé del Bus, tomé un taxi con dirección a mi casa, dejo mis cosas a un lado y en mi habitación me dirijo a la ducha a darme un baño y luego a descansar por lo cansado del viaje, pero satisfecho y reconfortado por mi aventura.Esa noche soñé con Valentín, sus padres y con la señora de los panes , estábamos en el Pueblo caminando y entramos al Convento, bajamos hacia las Catacumbas y conversábamos tranquilamente reíamos , era extraño pero agradable tal sueño. Pasó el tiempo, y regresé a San Andrés de Palermo, lo primero que hice fue ir a buscar a Valentín .. al llegar a su casa, me di con la sorpresa que su casa se encontraba en ruinas, un gran dolor sentí dentro de mí, grité su nombre, pero sólo escuché el Eco de mi voz; al rato una señora se acerca y me pregunta: ¿Joven a quién está buscando? a Valentín, él vivía acá .. qué le sucedió? Donde está Valentín, su Mamá, su Padre ?, donde están sus animales? La señora me mira asombrada .. y me dice que en esa casa no vivía nadie desde hace muchos años. Era la casa de una Familia pero todos murieron a causa de una enfermedad, pero eso sucedió hace como 70 años o mas .. yo escuchaba asombrado; la señora me pregunta el nombre del Padre de Valentín, pero no lo sabía; nunca en esa ocasión se lo pregunté, mucho menos a su esposa, solo sabia el nombre de Valentín, la señora me dijo que el hijo de esa familia se llamaba Valentín, tenia como 6 o 7 años de edad, al morir, ellos fueron enterrados en el cementerio que queda debajo del Convento, al escuchar eso me asombré mas, me acordé de la señora de los panes, corrí a buscarle, pero tampoco pude encontrarle, en su lugar encontré a una ancianita que me escuchó preguntar por la señora de los panes y se acercó diciéndome: “ Yo conocía a esa señora, su nombre era Camila, cuando yo tenia 9 años la veía sentada en esta esquina recibiendo a los visitantes que llegaban al pueblo, y les regalaba panes y queso”, efectivamente eso me sucedió a mí cuando llegué a este pueblo, la señora Camila me regaló panes y queso no solo cuando vine, sino también al despedirme del pueblo, y que eso me sucedió un tiempo atrás cuando visité por primera vez este pueblo; le describí el aspecto de la señora, y efectivamente era ella, pero ahora estaba muerta desde hace ya mas de 70 años…Decidí entonces ir a las Catacumbas, pedí permiso para ingresar al encargado de la Iglésia, le conté lo que me sucedió y entramos juntos, buscando entre los huesos de las personas enterradas ahí, encuentro un Manto que envolvía un cuerpo, estaba lleno de polvo y al limpiarlo me doy con la sorpresa que era el Manto que le regalé a doña Camila aquella vez… y a su lado, habían envueltos en un poncho de colores (empolvado también) el cuerpecito de un Bebé… al otro lado encuentro mi Gorra, llena de polvo también y me doy cuenta que el cuerpo que estaba al lado era de un Niño, era de Valentín, comencé a llorar, a su lado estaban enterrados sus Padres.. me siento en el piso mirando las tumbas…Les pedí disculpas por no haberme dado cuenta antes y luego les agradecí por todo lo que hicieron por mí, recordé mis pensamientos esa vez en el Bus de regreso a Lima, cuando pensé que Valentín y los demás no eran personas ordinarias, y que en realidad eran Apus que me dieron su bendición en agradecimiento por haber llevado parte del polvo de sus huesos a esas aguas de la Pileta, comprendí que Valentín me agradecía por lo que hice regalándome esa piedra que parecía un sapito con esa inscripción debajo, asi pues, regresé a lo que era su casa.. llevé unas Flores y las coloqué ahí, la misma señora se me acerca y me preguntó si había encontrado lo que buscaba? Le dije que sí, y le conté todo lo que me sucedió, y me sonrió diciendo: “ Los Apus encierran muchos misterios”, de verdad que eres afortunado, ya que ellos te bendicen eternamente; al menos debes venir 1 vez cada año a este pueblo a rendir culto a quienes te bendicen, de seguro que tu amiguito Valentín se sentirá muy contento que vengas a visitarlo; le digo que es cierto, le agradecí y me retiré. Esa noche dormí en una casa de hospedaje, llovió bastante y el sonido de los truenos me hizo recordar aquella noche en casa de Valentín, cuando conocí a su Padre, que por cierto se llamaba Don Andrés, y su madre Doña Ana.. esa primera vez que Don Andrés me dijo: “Parece que los Apus te han Bendecido” y me hizo entrar a su casa, recordé también la piedra que parecía un sapito, esa noche y después de la Lluvia, el cielo se despejó y apareció la Luna llena, puse la piedra a la Luz de la Luna como me dijo Valentín, estaba sentado en la cama de mi habitación cuando de pronto escucho un sonido como el Croar de un sapo, salí a ver por la ventana y la piedra ya no estaba,busqué por todos lados pero no encontré nada, nunca mas volví a encontrar la piedra que me regaló Valentín… Así pues, al día siguiente doy un paseo por el Pueblo, fui hacia el lugarvdonde Valentín y yo nos bañamos esa vez en el río, estuve un buen rato ahí, cuando de repente… el cielo se oscureció y empezó a llover, salgo rápido me cambio y corriendo me dirijo a la casa donde me hospedaba, al ingresar me encuentro con un señor que vestía una camisa blanca , un sombrero de paja y su pantalón remangado, el cual me dice: “Parece que los Apus te han Bendecido?”.. en ese momento un escalofrío corrió por mi cuerpo, el recuerdo de Don Andrés llegó a mi mente y al querer responder.. la persona ya no estaba… Me desmayé. Al despertar estaba en mi habitación, señora que era la dueña de la casa, estaba ahí a mi lado, me dijo: “Que bueno que haya despertado joven, estaba todo mojado por la lluvia, parece que no pudo resistir y se desmayó” la miré y le sonreí, me dejó una taza de leche caliente, unos panes y se despidió. Al día siguiente, me retiré de la casa, me despedí de la señora y fui a las catacumbas, me despedí de Valentín, Don Andrés (Quien se me apareció esa noche) Doña Ana y la señora Camila y el Bebé que cargaba (Cayito se llamaba) Así pues me dirigí hacia el Bus con retorno a Lima, sintiendo satisfacción por mi aventura.. espero regresar nuevamente, por el momento ahí voy de nuevo a esa ciudad la cual es “Tan deseada por algunos y tan aborrecida por otros”…

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